miércoles, 24 de septiembre de 2008

"Lo que Rosario se está perdiendo"

"Lo que Rosario se está perdiendo", paráfrasis de "Lo que el viento se llevó", o "Lo que la especulación se llevó" sería un buen título para una documental sobre la catástrofe disfrazada de progreso que se abate sobre nuestra ciudad.
El capital inmobiliario crece arrasando con nuestra historia. Los que tendrían que defender nuestro patrimonio cultural, tal vez solo son parte del negocio. Verdaderas joyas de la arquitectura que deberían ser restauradas y utilizadas en una gama de actividades culturales, comerciales, sociales; son destrozadas inescrupulosamente. La mayoría de los trabajadores de la construcción no cuentan con viviendas dignas ni condiciones de trabajo seguras. Nadie nos consulta acerca de cómo queremos que crezca Rosario. Corremos el riesgo de quedarnos sin historia, sin identidad.
Habría que hacer una película para conservar imágenes, al menos, de esas casas que están en riesgo de convertirse en escombros. La arquitectura ha dejad0 de ser un arte para terminar por convertirse en lo que es hoy, un gran negocio, absolutamente despojado de la menor sensibilidad ni criterio ético, ecológico, estético. ¡Basta de demoliciones! Los habitantes de Rosario y los que vienen de visita queremos ver el cielo, que dé el sol en las veredas, que haya más espacios verdes.
No todos tenemos como objetivo vivir en un departamento. En momentos en que crece la conciencia acerca de que la acumulación de cemento sólo acelera el cambio climático, haciendo elevar las temperaturas en las ciudades, es un verdadero despropósito que haya tanto empeño en seguir en esa carrera sin más sentido que el beneficio económico de una minoría. En la actualidad se producen cortes de energía e inundaciones, la red cloacal de Rosario es del siglo XIX; por lo tanto es necesario dar solución prioritariamente a la problemática actual, en lugar de generar cada vez más acumulación innecesaria de cemento. Lo que es negocio para algunos está siendo la ruina para todos. El cine documental no debería quedar al margen de esta realidad y tal vez no sólo una sino muchas películas podrían hacerse para crear más conciencia al respecto.
En toda la ciudad hay que dar más impulso a las actividades culturales y sociales. Hay que mancomunar capitales e intereses en pos de un bien superior que es la calidad de vida de la comunidad. Sino no puede hablarse de socialismo.

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